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Ucmente engendrar hijos en ellcs pura despurs « coma? ; pecado major que todos los que ellos « hacem T bacane tener p$r cierto lo qv-e digo, « ’Oer lo que posò con el Ucenciado Juan de Va- « dillo {que en este ari?' està en Éspaha; y si le « ri regimimi lo que digo, dirà ser verdad) : y es, a. que la primeta 7>cz que entrnron Chris tianos « e spanile s en estos valles, que fuintos yo y a mis componi eros , vino 'de paz un sviterete , « que havia por nombre Naboruco, y tròia consigo « tres mufieres : y viniendo la noche, las dos delti las se echaron à hi larga 1 erìcìma de un 1 tapste « ò estera; y la otra atravesade para servir - de « aknoluida; y el Indio se echò encima de los « cuerpos dellas, muy tendido; y tomo de la matto « otra muger h ermo sa, que quedaba atms con otra, « gente suya, que luego vino. T corno el ìincenciadu « Juan de Vadillo le viese de aquella suerle, pre- « guntòle'que para què havia traidù ùquella rftu- « ger que tenia de là mano: y mirandolo al rostro « el Indio, respondiò mansamente que para co- « merla; y que si el no huviera venido, lo huviera n ya hecho. Vadillo, oido e sto, mostrando e spanti tarse, le dijo: pues corno, òiendo tu muger, la «’ has de corner ? El cacique, alzando la voz, tornò «c à responder diciendo: mira mira; y aun al hijo « que pariere tengo tambòen de corner. Està qu* « he dicho, posò en el valle de Nore, y en el de « Guaca, que es èl que dije quedar atràs, Ol d^ « cir à este Ucenciado Vadillo aì^unas veces, corno « supo por dicho de algunos Jndios viejos, por lar ■