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314 NOTE. no, Apologet. cap. 15. Era onorata la luna anche sollo nome maschile, cioè del dio Luno. Sparziano, Corticali, cap. 6 el 7. Ed anche oggi nelle lingue teutoniche il nome della luna è del genere del maschio. Pag. 198. (li) Menandro rettorico, lib. 1, cap. 15. in Rhetor. graec. veter. A. Manut. voi. 1, pag. 604. Meursio, ad Lj cophron. Alexandr. opp. ed. Lamii voi. 5, col. 951. Pag. 199. (12) Ateneo, lib. 2, ed. Casaub. pag. 57. Pag. 199. (13) Antonio di Ulloa. Vedi Carli, Lettere Americane par. 4, lelt. 7, opp. 3/t7a/io'17^4, tom. 14, pag. 313 e seguente; e le Memor. encicloped. dell’anno 1781, compilate dalla Società letterar. di Bologna, pag. 6 e seguente. Pag. 199. (14) That thè moon is macie of green cheese. Si dice in proverbio di quelli che danno ad intendere cose incredibili. Pag. 199. (15) Vedi gli astronomi dove parlano di quella luce, detta opaca o cenerognola, che si vede nella parte oscura del disco lunare al tempo della luna nuova. Pag. 205. (16) Plinio, lib. 16, cap. 30; lib. 2,cap. 55. Svetonio, Tiber. cap. 69. Pag. 208. (17) Voglio recare qui un luogo poco piacevole veramente e poco gentile per la materia, ma pure molto curioso da leggere, per quella tal forma di dire naturalissima, che l’autore usa. Questi è un Pietro di Cieza, spagnuolo, vissuto al tempo delle prime scoperte e conquiste fatte da'suoi nazionali in America, nella quale militò, e stette vi diciassette anni. Della sua veracità e fede nelle narrative si può vedere la prima nota del Robertson al sesto libro della Storia d’America. Riduco le parole all* ortografìa moderna. ** La segunda vez que volvimos por aqutllos valles, cuando la ciudad de Antiocha fu è poblada en las sierras que estdn por encima dellos, oi decir, que los sènores 6 caciques destos valles de Nore busca!)an por las tierras de sus enemigos todas las mugeres que podian ; las quales traidas a sus casas, usaban con ellas corno con las suyas proprias j y si se emprenaban dellos, los hijos que nacian los criaban con mucho regalo, basta que habian doce ò trece anos j y desta edad, estando bien gordos, los comian con gran sabor, sin mirar que eran su substancia y carne propria : y desta manera tenian mugeres para solamente engendrar hijos en ellas para despues corner ; pecado mayor que todos los que ellos hacen. Y hàceme tener por cierto lo que digo, ver lo que pasò con el licenciado Juan de Vadillo (que en este ano està en lì, spana; y si le preguntan lo que digo dira ser verdad): y es, que la pri- mera vez que entraron Christianos espanoles en estos valles, que fuimos yo y mis companeros, vino de paz un sénorete , que habia por nombre Habonuco, y traia consigo tres mugeres : y viniendo la noche, las dos dellas se echaron à la larga encima de un tapete ò estera, y la otra atravesada para servir de almohada j y el Indio se echo encima de los cuerpos dellas , muy tendido j y tomo de la mano otra muger hermosa, que quedaba atras con otra gente suya, que luego vino. Vcorno el licenciado Juan de Vadillo le viese de aqnella suerte, preguntòle que para què habia traido aqnella muger que tenia de la mano : y mirandolo al rostro el Indio, respondió mancamente, que para co- merla; y que si èl no hubiera venido, lo /tubiera yd hecho. Vad ilio, oido esto , mostrando espantarse, le dijo : ^ pues corno , stendo tu muger, la has de corner ? El cacique, alzando la voz , tornò d responder diciendo : mira mira j